14 de enero de 2011

Adulterio según la RAE y según la Biblia

Especialmente dirigido a hombres pero también para mujeres

Estudios acerca del adulterio se han hecho muchos, grandes cantidades de artículos se han escrito al respecto hablando de sus causas, concurrencias, consecuencias, etc. por ello, mi objetivo en este corto escrito no es saturar más la lista de información al respecto con “mas de lo mismo”, solo quiero tocar un punto conceptual importante.

Imagina que te reunirás con un cristiano, “líder” de tu iglesia local, (vamos a ponerle nombre: Pepe) van a hablar de adulterio, él te va a explicar el tema,  tu tienes dudas al respecto. Mientras se acerca el momento de reunirte con él, se te forman en la mente ciertas expectativas: “Seguro Pepe me va a explicar bien, me va a hablar por la Palabra, va a leer varios versículos porque él si es un hombre de Dios, tiene sabiduría de lo alto y constantemente está estudiando y llenándose del Espíritu Santo, condenará el pecado como tal bajo el rigor bíblico, quizá de manera opcional me dará luces acerca del tema citando ideas que halló en un diccionario bíblico, un comentario bíblico, en una concordancia de Hebreo y/o Griego antiguo, algún estudio teológico o un libro escrito por un cristiano… Lo último que pensarías es que Pepe apenas te va a nombrar la Biblia. Nunca te imaginarás que Pepe sólo citará a la Real Academia Española, si, la RAE que define cristianismo como religión, que define santidad como un honor al papa de Roma y su primer concepto de fe es según la religión católica. Con esto no quiero decir que el diccionario esté mal, quiero decir que, por muy “oficiales” y “objetivas” que sean las nociones del mundo, no necesariamente corresponden con las enseñanzas de la Biblia. “Antes bien, sea Dios veraz y todo hombre mentiroso” Romanos 3.4

Así como en Pepe, en muchos, han calado conceptos humanos acerca del adulterio, por ejemplo: "Si estando casado, miras a una mujer la primera vez, estás usando el sentido de la vista. Si la miras una segunda vez, estás permitiendo ser tentado. Si la miras una tercera vez, has abierto tu corazón al pecado. Más allá de esta tercera vez, es definitivamente pecado." La Web está plagada con esta frase que supuestamente es de un “gran predicador” (tan grande que parece que nadie sabe quién es el personaje), basta colocar adulterio en Google para hallarla miles de veces, sin embargo es una frase poco o nada congruente con las enseñanzas de Jesucristo y además está llena de ambigüedades. Sí la contrastamos con la Biblia nos daremos cuenta:

Mat 5:27 y 28
27Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. 28Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

La perspectiva de Dios acerca del adulterio es tajante. “…cualquiera que mira a una mujer para codiciarla…” ¿Que tal si miras a una mujer 1000 veces y no la codicias? O ¿Qué tal si miras una sola vez a una mujer, pero la miras profundamente, con codicia? y ¿Si miras una mujer, y no la codicias mientras la miras pero más tarde la recuerdas y la codicias sin mirarla sino porque la miraste anteriormente? Por lo tanto, el pecado no está en el número de veces que miras una mujer, tampoco está en la vista sino en la mente, no está en mirar sino en codiciar. Por supuesto, el pecado en la mente se alimenta de algo: la vista, yo lo diría en mi propias palabras como: “dime lo que miras y te diré que piensas”.

En especial a los hombres nos resulta complejo mirar y no codiciar, pero no quiero profundizar tanto en este artículo de esto, acerca de mirar, como mirar y todos estos asuntos relacionados con la pureza sexual en la mente, los autores Stephen Arterburn y Fred Stoeker hacen un estudio a la luz de la Biblia, cuentan testimonios personales y en especial dan varias estrategias para la victoria en el mundo de la tentación sexual, sus libros se titulan: “La batalla de cada hombre” para los que están casados y “La batalla de cada hombre joven” para los solteros y para las chicas (ellas no escapan de las tentaciones sexuales) “La batalla de cada mujer” y “La batalla de cada mujer joven”. Los recomiendo ampliamente

Continuando con RAE…
La Real Academia define así el adulterio:

Adulterio.
(Del lat. adulterĭum).
1. m. Ayuntamiento carnal voluntario entre persona casada y otra de distinto sexo que no sea su cónyuge.

Este concepto de la RAE no siempre ha sido el mismo, ha variado un poco a lo largo de su historia, pero no ha cambiado sustancialmente. Claro está, visto desde la noción de la RAE, un adulterio es adulterio porque una persona casada tuvo cópula sexual con otra persona que no es su cónyuge (Copular: unirse o juntarse sexualmente). Ahora bien, una vez que Pepe te da esa explicación, y solo esa explicación, no hay más que decir sino “mientras no me meta en la cama con otra mujer que no sea mi esposa, no adultero”. Premisa que está lejos del concepto bíblico que dice “cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”, es decir, que el adulterio comienza en la codicia, en el corazón, en la mente y puede terminar en una relación sexual física, pasando por todas las etapas del camino que te llevan hasta la cama. Si codicias la mujer ajena es adulterio, más allá de eso, también es adulterio.

¿Andar en enamoramiento es adulterio? ¿Te gusta una compañera de trabajo, una hermana de la iglesia, una vecina, etc. y no es tu esposa? ¿Has salido (románticamente) con alguien que no es tu esposa?
Si eres casado y el enamoramiento no es hacia tu cónyuge, es adulterio,  aunque no te la imagines desnuda. El enamoramiento es sexual. Un heterosexual no se enamora de personas de su mismo sexo sino del sexo opuesto ¿Por qué? Sexo. El enamoramiento es un estado emocional producido por la sexualidad, no se puede separar. Y si sexualidad y sexo son familia, estamos en presencia del adulterio.

Por cierto, ya hay una actualización más de la RAE acerca del adulterio (vigésima tercera edición,  Pepe ponte al día, actualízate):

Adulterio.
(Del lat. adulterĭum).
1. m. Relación sexual voluntaria entre una persona casada y otra que no sea su cónyuge.
2. m. ant. Falsificación, fraude.

Creo particularmente que esta nueva definición se acerca un poco más a la verdad verdadera,  la de la Biblia. No es lo mismo un “ayuntamiento” (penetración del pene en la vagina) que una “relación sexual” (que puede considerarse desde conversaciones íntimas, besos, caricias, apretrujes, despojos y finalmente el ayuntamiento)

Disculpen que sea tan gráfico

Por otro lado, la segunda definición aclara más el punto al decir:
2. m ant. Falsificación, fraude.

Y es que ser infiel a los votos matrimoniales (infidelidad conyugal) es un acto de falsedad, fraude, adulterio. Aun así, (aunque esté mejor la definición de la RAE) la definición bíblica de adulterio va mucho más allá, al corazón del hombre, para Dios y para sus hijos, el solo pensamiento infiel ya es adulterio.

Etimológicamente, la palabra adulterio viene de alter, que significa otro, distinto, de lo que deriva el verbo alterare con el sentido de alterar o corromper. De ahí sale ad-alterare y adulterare (adulterar, falsificar). Algunos estudiosos afirman, sin embargo, que adulterare -en el sentido de cometer adulterio- no proviene de ad-alterare, sino de ad-alteram, que significaría: “Ir hacia otra cosa distinta”. En cualquier caso, lo que sugiere el sentido etimológico de la palabra es simplemente agregar algo ajeno, alterar el orden de algo, incluir otra cosa en algo. Cuando se trata de adulterio al matrimonio implica la inclusión de algo (o mejor dicho alguien) que no tiene nada que ver con los votos matrimoniales, alguien además de los dos cónyuges, un “tercero”. En este sentido un tercero puede meterse en el matrimonio desde el pensamiento hasta acciones concretas.

1. ¿Tener sexo con una persona que no es tu pareja es un acto acorde a la fidelidad conyugal? No
2. ¿Un enamoramiento hacia otra persona que no es tu cónyuge, es parte del voto matrimonial? No.
3. ¿Las salidas románticas que no sean con tu esposa, van incluidas en el matrimonio? No
4. ¿Codiciar la mujer ajena está en el plan de Dios para el matrimonio? No

Paréntesis: La mujer ajena es la que  No es tuya. No existen mujeres de nadie. La única que es tuya es tu esposa las demás son ajenas.

Si permites cualquiera de las cuatro situaciones anteriores o situaciones similares estás cometiendo adulterio.

Algo de información:

Post-Data:
1.      Pepe, te exhorto a que te guíes por la Biblia y no por RAE, adicionalmente te recomiendo que leas el libro “La batalla de cada hombre” de Stephen Arterburn y Fred Stoeker, de verdad te ayudará mucho, te lo digo por experiencia.
2.      Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia
3.      “Antes bien, sea Dios veraz y todo hombre mentiroso” Romanos 3:4